Sylvia Plath en su campana de cristal
- Jordi Abarca

- 10 sept
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 22 sept
Una vida de depresiones y poesía
La Campana de Cristal es una novela semiautobiográfica escrita por Sylvia Plath, una de las poetas más extraordinarias del siglo XX. Esta brillante obra trata sobre su propia experiencia con el sufrimiento psíquico y la depresión. Fue publicada en 1963 por la Editorial Heinemann bajo el seudónimo “Victoria Lucas”, pero en 1967 la novela ya apareció firmada con su propio nombre. La Campana de Cristal fue inicialmente rechazada por varias editoriales hasta que finalmente fue publicada en Inglaterra, un mes antes de su trágico suicidio y cuatro meses después de cumplir 30 años, el 11 de febrero de 1963.

Lo curioso del caso es que Sylvia Plath, a pesar de ser escritora reconocida, no quiso publicar inicialmente La campana de Cristal con su nombre y puso el de otra mujer. Es muy probable que inicialmente lo evitara por miedo, ya que detrás de esta novela había cuestiones muy personales que ella no quería que fueran públicas, sobre todo en lo que hacía referencia a la conflictiva relación que mantenía con su madre. Fue su propia madre la que hizo todo lo posible para que no se publicara su única novela, ya que ella y otras personas cercanas a la vida de Sylvia Plath no salían muy bien paradas en su obra.
La novela está ambientada en el verano de 1953, en Nueva York. Su protagonista es Esther Grennwood, alter ego de Sylvia Plath, una chica joven de 20 años y que al principio del libro -no os voy a engañar- me pareció muy distante y fría en sus relaciones personales. Es bien cierto que conforme fui avanzando en la lectura le iba cogiendo cada vez más cariño y me fue desmontando el prejuicio inicial que tenía sobre ella. En la novela se hace muy presente la inestabilidad emocional de su protagonista que lucha contra la depresión y las presiones sociales y de género en los años 50, en los Estados Unidos, en un mundo en el que se siente -y con razón- rechazada y para nada comprendida. Pero prefiero no desvelar más el argumento de la novela y os invito a leerla encarecidamente.
¿Quién es Sylvia Plath?
Sylvia Plath fue una mujer fuerte y ambiciosa. Se rebeló contra todas las normas que le querían imponer. No le gustaba para nada el mundo en el que le había tocado vivir como mujer. Estaba muy cansada y enfadada con el encasillamiento y con las expectativas sociales que tenían la mujeres de esa época, con un rol predominante destinado tan solo a ser una buena esposa, buena madre y excelente ama de casa. No se permitía que tuvieran autonomía laboral o realizar otras actividades que no fueran las de cuidadora. Ella tenía muy claro desde bastante pequeña que quería ser una escritora famosa, pero que el mundo donde le había tocado vivir no se lo pondría para nada fácil.
Sylvia Plath nació en el barrio de Jamaica Plain de Boston, el 27 de octubre de 1932. Su padre Otto Emil Plath, de origen alemán, fue profesor de Biología en la Universidad de Boston y toda una autoridad en el campo de estudio de la Entomología (parte de la Zoología que trata de los insectos). Su madre Aurelia Schober -también de origen alemán- fue profesora, pero sacrificó su propia carrera profesional para cuidar a su esposo y a sus hijos. Sylvia tuvo un hermano dos años menor que ella que se llamaba Warren Plath. Cuando Sylvia tenía tan solo ocho años, su padre falleció prematuramente de una embolia pulmonar, debido a una inicial diabetes a los 55 años. Su difunto padre no quiso seguir ningún tratamiento médico para combatir la enfermedad, siendo todo el proceso bastante traumático para la familia. Sylvia siempre le reprochó a su madre el hecho de no haber llorado y de ocultar sus sentimientos el día del fallecimiento de su padre. Este hecho la marcó mucho, dejándole una sensación de abandono del cual nunca se supo desprender y la abocó a su primera depresión.
La relación con sus padres fue un tema central en su vida y en su obra. Respecto a su madre tuvo cierto resentimiento hacia ella, acusándola de ser demasiado controladora y de no comprenderla completamente. Sylvia desde muy pequeña buscó siempre el amor de ella y su aprobación, sin obtener buenos resultados. En cambio, a su padre lo percibía como una figura amenazante, sentía terror hacia él, era muy distante y autoritario pero paradójicamente lo tenía idealizado. Después del fallecimiento de su padre la familia se quedó en una situación económica bastante precaria. Ella y su hermano estudiaron en escuelas públicas. Sylvia desde muy pequeña mostró ser muy inteligente, trabajadora y una estudiante impecable. Sacaba muy buenas notas, cosa que le permitía recibir becas de estudio para poder subsistir a la situación recurrente de falta de dinero que tenía en casa y que personalmente le preocupaba mucho. Desde muy pequeña siempre se esforzó mucho para seguir adelante y poder salir de esta escasez económica. Tenía muy claro que quería ser una gran escritora y con tan solo ocho años le publicaron su primer poema en una revista de Boston. A partir de este suceso no paró de escribir poemas y relatos para mandarlos a distintas revistas y concursos para que los publicaran. Nunca dejó de luchar para que sus obras llegaran al público.
En septiembre de 1950, pocos años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, gracias a sus becas entró en la prestigiosa universidad femenina Smith College. Aquí empezó a escribir en un diario cuestiones personales y es dónde se inició en los discursos sociales de la época. Estos relatos contienen un genérico mensaje social que era que “las mujeres se tienen que quedar en casa para cuidar al marido, a los hijos y que trabajar no es bueno, ya que os puede hacer infelices”.

Esta temática me recuerda la serie “Mad Men”, sobre todo en lo que hace referencia a la relación que mantiene su protagonista principal Don Draper (Jon Hamm) con su mujer Betty (January Jones). Él representa a un exitoso publicista en la ciudad de Nueva York, con secretos oscuros, durante la década de 1960. Ella representa a la esposa tradicional de aquella época. Un matrimonio aparentemente perfecto, viviendo en una casa preciosa, con jardín, pero plagado de tensiones y mucha falta de comunicación.
Volviendo a la vida de Sylvia Plath, ella expresa que no quiere renunciar a ser escritora y que también quiere formar una familia y que perfectamente puede escoger tener las dos cosas a la vez. En esa época nuestra protagonista luchaba contra la propaganda de que las mujeres que iban a la universidad tenían como principal objetivo buscar un buen marido.
En su tercer año de universidad consiguió una beca para ir a Nueva York y trabajar como jefa editorial en prácticas en la revista de moda “Mademoiselle”, pero que también tenía su apartado de Literatura. En el transcurso de su estancia sintió una gran decepción porque se pensaba que realizaría más entrevistas de las que hizo a diferentes autores y a la vez no le gustaba para nada el ambiente snob que se respiraba.
Cuando terminó su estancia en Nueva York, volvió con su madre, a la espera de entrar en un curso de Creación literaria de Frank O’Connor que se realizaba en Harvard, pero recibió una carta negando su admisión. Años más tarde el mismo Frank O’Connor reconoció que no fue admitida porque tenía demasiado nivel para ser principiante.
Este acontecimiento la lleva a una profunda depresión y se descompone, no come, no duerme. Dejó de leer y escribir hasta que la llevaron a un psiquiatra. En el Hospital McLean es tratada por un psiquiatra nada sensible y deshumanizado, el Dr. Torton, que en su segunda visita la obligó a recibir un tratamiento de electroshock (tratamiento psiquiátrico que utiliza corrientes eléctricas para inducir una convulsión en el cerebro) siendo una experiencia terrible para ella. Estos tratamientos psiquiátricos a la vez eran muy costosos y su familia no se los podía permitir.
En este punto del artículo quiero hacer un inciso:
En la actualidad esta práctica se sigue realizando en Occidente y también en España como práctica clínica, pero ya no le llaman electroshock. Ahora la denominan de otra manera: Terapia Electroconvulsiva (TEC). Se utiliza principalmente para tratar trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, la catatonia y el trastorno bipolar.
Aquí me pregunto: ¿Cómo se puede sentir una persona cuando la queman por dentro?
Volviendo a la vida de Sylvia Plath:
Cada día se sentía más culpable de ser una carga económica para la familia por lo que intentó suicidarse en el sótano de la casa familiar, ingiriendo 50 somníferos que tenía recetados. Gracias a su vómito se salvó la vida. Al cabo de tres días su hermano la encontró viva en el sótano y la volvieron a hospitalizar en otro centro, con otra psiquiatra más cercana a ella. Esta estancia fue financiada por su benefactora, ya que su familia no se lo podía permitir. Al cabo de un tiempo de estar ingresada y encontrarse mucho mejor, volvió al Smith College para terminar sus estudios.
Volvió a obtener excelentes resultados recibiendo una beca Fulbright (que permite estudiar en universidades extranjeras). Decide estudiar en Cambridge y es allí donde en una fiesta conoce al poeta Ted Hugues y al cabo de muy poco, el 16 de junio de 1956, contrae matrimonio, el cual fue muy pasional y complicado.

Estando casada la vida le cambió mucho, ya que Ted empezaba a ser un poeta conocido y ella se convirtió, de la noche a la mañana, en su correctora y agente, apartando su carrera profesional totalmente. En esos momentos se dedicó a las tareas del hogar y se agobió mucho, ya que empezaba a estar a la sombra de su marido y no reconocida como la poetisa Sylvia Plath.
Se trasladaron un par de años a Estados Unidos, donde ella empezó a trabajar como profesora en la universidad Smith College. Como necesitaban más dinero, seguía escribiendo y cuidando la casa mientras Ted se dedicaba exclusivamente a escribir poesía.
Al cabo de unos años tienen a su primera hija, Frieda, y ella publica El Coloso, su primer poemario, pero no recibe muy buenas críticas. El siguiente libro que escribió fue la novela La Campana de Cristal. Volvieron a Inglaterra y tuvieron a su segundo hijo, Nicholas. Ahí se dio cuenta de que su marido le era infiel con la poetisa Assia Wevill y decide separarse. Ella se siente abandonada física, psicológica y económicamente, ya que Ted no se encarga de la manutención de sus hijos. En esa época es cuando escribe la mayoría de sus poemas publicados en el libro Ariel.
Vuelve a mudarse a una casa de Londres para tener más oportunidades laborales, pero lo vuelve a pasar mal psicológicamente. Se encuentra con el invierno más duro en años, donde se congelan las tuberías de la casa y sus hijos enferman. Sylvia Plath tiene una situación muy vulnerable: prácticamente no se puede permitir asistencia sanitaria y encima los hospitales de Londres están colapsados por el frío. Sylvia Plath no deja de escribir poemas hasta que acaba el manuscrito de Ariel.
Finalmente el 11 de febrero de 1963, enferma y con poco dinero, decide quitarse la vida, metiendo la cabeza dentro de un horno y abriendo la llave del gas hasta asfixiarse. Sylvia Plath fue enterrada en el cementerio de Heptonstall de West Yorkshire.
Después de su fallecimiento, Ted Hughes adquirió todos los derechos de la obra de Plath y se convirtió en el editor de todo su legado, supervisando todos sus manuscritos. En 1965 publicó el poemario Ariel donde se encuentran dos de sus famosos poemas: Daddy y Lady Lazarus. En ellos habla del suicidio y hace un homenaje a la supervivencia.
En 1982 fue reconocida con el premio Pulitzer de Poesía, siendo la primera autora en recibirlo de manera póstuma por su obra Poemas completos.
Los descendientes del matrimonio entre Sylvia Plath y Ted Hughes no tuvieron una vida nada fácil. Nicholas fue un hombre muy solitario y triste. Se refugió en Alaska como profesor de Ciencias del Mar. Siempre le acompañó la depresión, hasta el punto de quitarse la vida en su casa de Alaska. Su hermana Frida fue una mujer casada y una excelente escritora, a pesar de padecer trastornos depresivos, anorexia y esclerosis múltiple.
Para terminar quiero compartir el significado de la metáfora “La Campana de Cristal” que se puede definir como el hecho de que una persona se pueda sentir aislada, atrapada y desconectada del mundo real debido a un profundo estado de depresión, parecido a estar encerrado en una campana transparente. La campana puede representar una barrera invisible que te separa del mundo y de las personas, impidiéndote sentir y participar plenamente en la vida y teniendo la sensación de estar apartada/o de la realidad.
Apreciad@s lector@s
¿En algún momento de vuestra vida habéis construido vuestra propia campana?
BIBLIOGRAFÍA
Libro: La campana de cristal de Sylvia Plath
Podcast Laura Rodríguez con el título: La verdadera historia detrás del suicidio de Sylvia Plath
Podcast El libro del año con el título: Sylvia Plath "Cometa rojo" y "La campana de cristal"
Canal de youtube:no soy Sibilia con el título: Sylvia Plath: vida, obra y cómo empezar a leerla



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