¿Somos verdaderamente libres?
- Jordi Abarca
- 27 ene
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 17 feb
Un tema tan trascendental como la libertad de la persona no lo podría poner encima de la mesa sin una de las figuras y pensadores más ilustres e importantes del siglo XX, el psicólogo social, psicoanalista y filósofo humanista Erich Fromm.

¿Quién fue Erich Froom?
Erich Fromm nació el 23 de marzo de 1900 en Frankfurt, en el seno de una familia de origen judío, de la burguesía alemana. Fue hijo único del matrimonio formado por Naphtali Fromm y Rosa Krause. Su padre fue un hombre que se dedicó al comercio de vinos kosher (aptos en la religión judía) y su madre a la crianza de su hijo y al cuidado del hogar. Erich Fromm reconoció haber crecido en una familia neurótica, es decir, con patologías funcionales del sistema nervioso caracterizadas principalmente por inestabilidad emocional. Describía a su padre como un hombre muy angustiado y con cambios de humor repentinos. En cambio, a su madre Rosa Krause la recordaba como una mujer absorbente, que sufrió a lo largo de su vida una constante depresión. El deseo de su padre era que su hijo fuera rabino (maestro hebreo que interpreta los textos sagrados) y el de su madre que se convirtiera en un virtuoso compositor y pianista como el polaco Ignacy Jan Paderewski. Finalmente, nada de esto sucedió, ya que su único descendiente tomó otro camino profesional. Con este ambiente familiar, me puedo imaginar que infancia y adolescencia de Erich Fromm no fueran un camino de rosas.
Empezó a estudiar derecho en 1919, en la universidad de Frankfurt, pero después de dos semestres decidió abandonar la carrera por falta de motivación. En mayo de 1919 se matriculó para asistir a clases de Historia de la Filosofía en la Universidad de Heidelberg. Allí realizó en 1922 su doctorado de carácter socio-psicológico, en relación al funcionamiento de la ley judía de distintas comunidades. Al acabar los estudios, la Facultad de Filosofía le entregó el diploma de Doctorado y dignidad de Doctor en Filosofía. En 1924 decidió estudiar la teoría del psicoanálisis de Sigmund Freud, influenciado por su amiga -y posteriormente su primera mujer- la psiquiatra Frieda Reichmann (1889-1957). Fue ella la que lo introdujo en el psicoanálisis, campo de estudio y corriente terapéutica. Finalmente, acabó formándose como psicoanalista y paralelamente fue analizado como paciente en la ciudad de Berlín. Los dos abrieron conjuntamente un gabinete de terapia para pacientes judíos, con la intención de ayudar a las personas a adquirir consciencia de sus represiones. El matrimonio terminó en 1931, pero siempre mantuvieron a lo largo de su vida una muy buena relación de amistad.
En 1930 se incorporó como miembro de la Escuela de Frankfurt basándose en la teoría social y filosofía crítica. En 1934, con la llegada del nazismo al poder y su control de Alemania, Erich Fromm y sus compañeros de la Escuela se vieron obligados a emigrar a Ginebra (Suiza) y posteriormente a Estados Unidos.
De 1935 a 1940 desarrolló su labor como docente en la Universidad de Columbia de Nueva York. También abrió su primera consulta privada poniendo énfasis en la filosofía humanista, destacando la capacidad del ser humano para volverse más libre y autónomo durante su desarrollo personal. Paralelamente, siguió colaborando con los miembros de la Escuela de Frankfurt, hasta que tuvo ciertas discrepancias intelectuales con distintos miembros de la misma, como Herbert Marcuse y Theodor Adorno. A finales de 1940 decidió romper su relación con la escuela definitivamente.

Durante los años 40 desarrolló una importante labor publicando decenas de libros con una temática general sobre la autoritaria sociedad contemporánea. Estas obras filosóficas e inspiradoras son consideradas literatura clásica del pensamiento, que se desmarcan de la teoría psicoanalítica freudiana. En su obra podemos llegar a encontrar libros como: El miedo a la libertad (1941), El lenguaje olvidado (1951), El arte de amar (1956), ¿Tener o Ser? (1976), El arte de escuchar (1991), entre otros muchos.
A lo largo de su vida, Erich Fromm se acercó a la teoría de Sigmund Freud para comprender los mecanismos individuales. También absorbió las ideas de Karl Marx para comprender los mecanismos sociales. Así, unió el Psicoanálisis y la Sociología, denominándolo Psicología Social Analítica.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, su principal objetivo se centró en poder comprender cómo las fuerzas gubernamentales eran capaces de influir en la masa social.
En la época final de vida, se alejó de las ideas de Freud y Marx para centrarse en movimientos pacifistas y antinucleares, ser un activo militante que iba en contra de la guerra de Vietnam y también un crítico feroz de la sociedad capitalista.
Erich Fromm falleció un martes 18 de marzo de 1980, víctima de un paro cardiaco en Muralto (Suiza), cinco días antes de cumplir 80 años de vida.
¿Qué nos quiere decir en su ensayo Miedo a la libertad ?
¿Cómo afrontamos la libertad en un mundo tan complejo?
Erich Fromm nos explica que, desde que nacemos, sentimos una dependencia totalmente natural y necesaria hacia nuestros padres. La teoría del desarrollo humano indica que cuando somos pequeños no estamos capacitados para poder ser conscientes de nosotros mismos. La única realidad es nuestro entorno familiar (madres y padres). Las hijas e hijos dependen totalmente de sus progenitores y estos a la vez tienen la responsabilidad de satisfacer sus necesidades instintivas. Si estas necesidades no son cubiertas ni satisfechas, pero sí frustradas, los descendientes pueden empezar a tener problemas en su presente y futuro desarrollo personal. Para sobrevivir, como hijos e hijas necesitamos sentir por parte nuestros padres: amor, confianza, protección, seguridad y cuidados de manera continuada e incondicional. A medida que vamos creciendo y termina nuestro desarrollo humano, al final de la adolescencia, es cuando somos más conscientes de nuestro propio yo. Esto significa que ya estamos preparados para podernos auto observar y analizar.
La evolución natural y el crecimiento de la persona nos lleva a entrar de lleno en el mundo adulto. Esto conlleva empezar la toma de decisiones propias y enfrentarnos a la vida y al mundo exterior para encontrar nuestro propio sentido de existencia y nuestra libertad. Pero es bien cierto que, si de pequeños no hemos recibido seguridad, protección y confianza sino más bien todo lo contrario, podemos crecer desposeídos de identidad (conjunto de rasgos propios). En este punto nos podemos encontrar que cuando tenemos que empezar a tomar decisiones importantes, una vez inmersos en el mundo adulto, es muy probable que podamos sentir miedos e inseguridades. Esto es debido a que no estamos acostumbrados, ya que hasta el momento hemos dependido totalmente de nuestros progenitores o del entorno familiar, que hasta entonces decidieron por nosotros.
Esta libertad como adultos ante la vida nos puede hacer sentir inseguridad y angustia con nosotros mismos, por no poder sentir la fuerza ni la capacidad de tomar nuestras propias decisiones en un mundo lleno de incertidumbres.
En muchas ocasiones, una vez adultos podemos llegar a buscar otros grupos humanos, no familiares, con distintos objetivos sociales, para poder llegar a sentir que pertenecemos a un colectivo. De manera inconsciente el hecho de formar parte de un grupo puede darnos la seguridad que no recibimos cuando fuimos pequeños.
Personalmente siento que formar parte de uno o varios colectivos es importante y en ocasiones necesario. Eso sí, siempre que no sirva de manera encubierta para anular nuestras inseguridades y carencias emocionales.
Lo más interesante para las personas sería poder recuperar la capacidad de decidir y de construir una vida propia y manifestar todo nuestro potencial y todo aquello que sentimos, pudiendo llegar al autoconocimiento, sabiendo cuáles son nuestras virtudes y teniendo claro a dónde queremos llegar.
En definitiva, Erich Fromm en su obra analiza muchos aspectos como el carácter autoritario y la psicología del nazismo. También la dinámica psicológica detrás de la renuncia de las personas a buscar la libertad individual en la sociedad moderna. Examina cómo las personas tienden a buscar estructuras y líderes que les proporcionen seguridad y protección, incluso si esto implica la pérdida de autonomía. El autor afirma que la libertad no puede florecer en ausencia de responsabilidad. La libertad implica asumir responsabilidades, aceptar riesgos y resultados y comprometerse con uno mismo y con los demás. En su magnífica obra propone cuestionar los mitos que contienen la idea de que la libertad es peligrosa, ya que se puede experimentar como un gran caos y exige grandes sacrificios.
Quiero terminar con una afirmación de Erich Fromm, que me parece muy acertada:
“Cuando nos enfrentamos al miedo, nos permitimos evolucionar y vivir una vida con un propósito”.
BIBLIOGRAFÍA
Libro ERICH FROMM "El amor a la vida" escrita por el autor Rainer Funk
Canal de YouTube Mario Fijo Torrado con el título: Erich Fromm y el miedo a la libertad
Biografía de Erich Fromm 1900-1980 escrita por el Dr. C. George Boeree y traducida al castellano por el Dr. Rafael Gauitier
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